La tanatopraxia, por definición, es la técnica para demorar la
descomposición final de un cuerpo por el tiempo que sea necesario. De
esta manera, se les da la posibilidad a los familiares distantes a
rendir el último homenaje al ser querido o que el difunto pueda ser
enviado a grandes distancias para su sepultura.
También se pueden aplicar las técnicas de tanotoestética que apuntan más
a la imagen del cuerpo. En estos casos se pide una foto del difunto
para darle natural apariencia del cuerpo, semejante a la existencia en
vida.
Este tipo de maquillaje logra borrar cualquier efecto de enfermedad o
sufrimiento, sobre todo en aquellos que hayan padecido una larga
dolencia.
Tanatopraxia es la completa desinfección y preservación del cadáver. Se
realiza mediante la inyección de soluciones acuosas y químicos
germicidas solubles. Es fundamental tener en claro que es una técnica
mínimamente invasiva.
Los cementerios no suelen ser los lugares más alegres y placenteros a
los que podemos asistir, pero no por eso debemos hacer sepulturas
tristes. Por el contrario, en Latinoamérica es muy común expresar
nuestros sentimientos a través de las flores, homenajes y hasta la
decoración de las tumbas. Es habitual encontrar los colores de los
equipos de fútbol favoritos, la bebida predilecta del fallecido, muñecos
de peluche en las sepulturas de los “angelitos” e incluso lápidas con
formas de cruz, símbolos religiosos o angelitos que coronen el espacio.
Todo está relacionado con lo que sentimos y la manera en que queremos
recordar a nuestros seres queridos.
Es fundamental tener en cuenta que la decoración de las sepulturas es
más común en los cementerios municipales, ya que los cementerios
privados, tipo parque, únicamente permiten la colocación de una placa
con los datos y flores.
La tanatopraxia es el conjunto de prácticas médicas efectuadas sobre
los cadáveres, destinadas a su conservación (embalsamamiento y
conservación temporal), a su adecuación (tanatoestética) o su
reconstrucción (tanatoplastia).
La tanatopraxia debe ser aplicada por profesionales médicos en ejercicio (tanatólogos)
LA MUERTE.
CONCEPTO MEDICO DE LA MUERTE
Desde un punto de vista
genérico, la muerte es la finalización de las actividades vitales de un
organismo. En el caso particular de la realidad humana, la definición
vigente desde un punto de vista médico y legal alude a la cesación de
toda actividad en el encéfalo, de mandándose además que esta finalización
sea completa mente ir reversible.
Con el cometido de comprobar esta situación, deben cumplimentarse una serie de procedimientos y de protocolos rigurosamente pautados.
Es preciso señalar que la definición de muerte ha sufrido una serie de
variaciones a lo largo de la historia. En el pasado, el criterio para
declarar clínicamente muerta a una persona era la ausencia de
respiración y de latidos en el corazón. Con la evolución de la
tecnología empleada, que permitió la conservación artificial de la
actividad cardiaca y respiratoria en pacientes, este criterio debió ser
revisado. Además, otra circunstancia hacía necesaria esta revisión: la
posibilidad de utilizar los órganos de pacientes carentes de actividad
cerebral para salvar vidas. Es por ello que luego de un período de evaluación,
la comunidad médica decidió adoptar la nueva definición de muerte,
aquella que hace énfasis en el papel del cerebro como articulador
principal de las funciones del cuerpo.
Los procedimientos pertinentes para la comprobación de la muerte
cerebral son: registro de la ausencia de reflejos ante una serie de
estímulos (en los pies manos y pecho); test de apnea, que da cuenta de
la carencia absoluta de respiración; y finalmente, la obtención de un
electroencefalograma plano. Es importante señalar que un
electroencefalograma plano aislado carece de valor para diagnosticar una
muerte cerebral; es absolutamente necesario realizar las demás
evaluaciones para llegar a este diagnóstico.
Por diversas circunstancias, es probable que sea imposible completar
alguna de las distintas pruebas clínicas; en estos casos, suelen
utilizarse otro tipo de pruebas que suplen esta carencia. Finalmente,
cuando ya se cumplen con todas las pautas protocolares, el paciente es
considerado muerto y se procede a realizar el acta de fallecimiento.
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